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Foto: Eotermales Fortuna

Por Ileana Fernández | Revista Viajes Digital  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Rodeada por el imponente Volcán Arenal y alimentada por ríos termales que fluyen entre montañas y selvas, La Fortuna de San Carlos no es solo un destino turístico: es una experiencia que despierta los sentidos y renueva el espíritu.

En una reciente gira de prensa organizada por Arenal Cámara de Comercio y Turismo y con el apoyo del ICT, Revista Viajes Digital participó en un recorrido de dos días que combinó bienestar, sostenibilidad, cultura y naturaleza. Fue una travesía sensorial en la que el agua, el bosque, la comunidad y la espiritualidad se entrelazaron en una vivencia profundamente humana.

Fogón de Chela

El viaje comenzó entre aromas de leña en el Fogón de Chela, en Peñas Blancas, un pequeño paraíso rural donde la tradición sigue viva. Guisella —“Chela”, como todos la conocen— nos recibió con una frase que define su esencia: “Esto no es un restaurante, es mi casa. Aquí vienen a compartir.”

Sobre una mesa rústica, el gallo pinto humeante, los huevos al gusto y el café recién chorreado daban la bienvenida a los visitantes. En su cocina, el humo se mezcla con las historias de una mujer que decidió emprender en plena pandemia, transformando la adversidad en una oportunidad para rescatar la cocina tradicional campesina.

El Fogón de Chela forma parte del Comité de Turismo de Peñas Blancas, una red de emprendedores rurales que promueven un turismo auténtico y comunitario. Cada plato cuenta una historia: la del maíz sembrado por los vecinos, la del queso artesanal, la de la gallina de patio que recuerda los sabores de infancia.

Después de degustar un delicioso desayuno a la leña, salimos para la siguiente parada: la catarata más famosa de La Fortuna.

La Catarata Río Fortuna

A pocos kilómetros del centro de La Fortuna, la Catarata Río Fortuna se revela entre la espesura del bosque tropical como una columna líquida que ruge con fuerza ancestral. Su caída de más de 70 metros es mucho más que un espectáculo natural: es el corazón económico y social de toda una comunidad, es un espacio natural gestionado de manera sostenible por la Asociación de Desarrollo Integral de La Fortuna (ADIFORT), una organización sin fines de lucro, allí sus representantes explicaron la gestión detrás del atractivo.

“Esta catarata representa mucho más que belleza natural. Todo lo que se genera aquí vuelve a la comunidad: a programas culturales, deportivos y educativos. Nuestro propósito es que el turismo sea bienestar real”, afirmaron.

Los fondos provenientes de la entrada al parque financian talleres para niños y adultos mayores, programas deportivos, becas y el mantenimiento de espacios públicos. Gracias a esta administración, La Fortuna ha logrado convertir la conservación en desarrollo.

El grupo descendió por el sendero ecológico, alrededor de 530 escalones, acompañado por el canto de las chicharras, el murmullo de los árboles y el sonido de la caída del agua.

En ese entorno Revista Viajes Digital, conversó con Laura Chacón, ejecutiva de ventas de ADIFORT, quién recordó los orígenes del proyecto:

“Adifort nació en 1969 gracias a un grupo de vecinos visionarios. Se organizaron con Dinadeco para impulsar el progreso local. Lo que hoy es la catarata era una finca del IDA que nadie quería. Nosotros vimos su potencial turístico, la solicitamos y la convertimos en fuente de bienestar para todos.”

El modelo ha sido tan exitoso que la Catarata La Fortuna fue reconocida por TripAdvisor con el premio “Lo mejor de lo mejor 2025”, un galardón basado en miles de reseñas que destacan no solo la belleza del sitio, sino la calidez humana detrás de su administración.

Además, el lugar es ejemplo de turismo accesible: cuenta con guardavidas certificados, equipo de rescate acuático y sillas adaptadas para personas con movilidad reducida. Próximamente, ADIFORT inaugurará una salida alterna techada, un nuevo mariposario y un ranario educativo.

Chacón también habló del futuro y del sueño termal: “La Fortuna es la capital termal de Costa Rica. Por eso apoyamos la candidatura del país para ser sede de Termatalia 2027. Tenemos naturaleza, bienestar y, sobre todo, una comunidad que trabaja unida”.

Casa del Río

Luego, la jornada continuó a Casa del Río, un hotel boutique que parece emerger del bosque. Entre jardines tropicales y el murmullo del agua, el lugar invita a detener el tiempo.

Su gerente general, Hayward Vargas Alfaro,comentó: “Casa del Río nace del deseo de crear un espacio donde arquitectura, naturaleza y comunidad convivan en armonía. Queremos que nuestros huéspedes se reconecten con lo esencial.”

El hotel, 100% costarricense, combina diseño contemporáneo y sostenibilidad. Sus construcciones bioclimáticas aprovechan la luz natural y la ventilación cruzada, reduciendo el impacto ambiental. Cada habitación lleva el nombre de un pez, símbolo del fluir de la vida y del vínculo con el río que serpentea junto al complejo.

Entre los espacios más notables destaca un anfiteatro natural al aire libre, rodeado de árboles centenarios, pensado para conciertos íntimos, bodas o ceremonias espirituales.

“Ese anfiteatro representa lo que somos: un punto de encuentro entre cultura, naturaleza y comunidad”, señaló Vargas.

Casa del Río también impulsa el turismo deportivo, con canchas de pádel profesionales, y promueve experiencias de bienestar como yoga, meditación y caminatas conscientes. Próximamente abrirá un restaurante de autor basado en ingredientes locales y técnicas sostenibles, además de espacios para retiros espirituales.

“Queremos que cada huésped sienta orgullo de estar en un lugar hecho por manos costarricenses, que promueve el arte, el bienestar y la conexión con la tierra”, concluyó Vargas.

Rodeado por el cauce del río y jardines que invitan a la contemplación, Casa del Río no es solo un hotel: es un refugio sensorial donde el agua inspira vida, arte y comunidad.

Ecotermales Fortuna

Al caer la tarde, la travesía alcanzó su punto más sereno en Ecotermales Fortuna, un santuario natural de aguas volcánicas, historia familiar y filosofía regenerativa.

Su gerente, César Rojas, comentó: “Somos un centro de bienestar, no un balneario. Aquí todo —desde la comida hasta la experiencia— sigue una misma línea de salud y respeto por la naturaleza.”

El proyecto nació hace más de tres décadas, cuando los fundadores Manolo Hidalgo y Hortemida Murillo (Los Litos), adquirieron una finca donde el agua brotaba caliente y el ganado no prosperaba. Lo que parecía una desventaja se convirtió en una bendición: el nacimiento de un manantial termal puro.

Hoy, Ecotermales abarca 27 hectáreas, de las cuales solo cuatro se usan para el complejo. El resto permanece en regeneración forestal, garantizando equilibrio ecológico.

“Desde el inicio se decidió no usar maquinaria pesada. Las pozas y senderos siguen los cauces naturales del agua. Aquí la naturaleza manda”, explica Rojas.

Su gastronomía sigue el mismo principio. Frente al restaurante crece una huerta orgánica que abastece la cocina, donde todo se prepara con ingredientes frescos y sin químicos. El gerente de Ecotermales nos invitó a disfrutar de una cena tipo bufférr que reflejaba la esencia del lugar: sabor, sostenibilidad y alma costarricense.

Además, la empresa mantiene un fuerte compromiso social: ninguno de sus 64 colaboradores es despedido en temporada baja. “Cuidamos a nuestra gente tanto como al entorno”, afirma Rojas.

En cuanto a las aguas, su composición termomineral natural alivia dolencias como artritis, fibromialgia o estrés, favoreciendo la recuperación física y emocional. “Cada gota tiene su historia. Aquí el agua nace viva y nosotros solo la guiamos”, añade César.

Rojas también habló sobre el futuro: “Queremos que Costa Rica reconozca el valor médico y social de sus aguas termales. Por eso impulsamos una Ley de Aguas Termales que garantice su uso responsable y su reconocimiento como fuente de salud.”

Luego vino la presentación de Tadeo Morales Gómez, presidente de la Cámara de Turismo y Comercio del Arenal (CTC), quien destacó la importancia de fortalecer el termalismo costarricense y reconoció el papel de ADIFORTcomo pilar en el desarrollo integral del destino.

Bajo el lema “Un destino único en bienestar y aventura”, Morales presentó a La Fortuna como un ejemplo de equilibrio entre naturaleza, salud y sostenibilidad. Este destino alberga 38 centros termales y 208 piscinas alimentadas por nacientes hipertermales que alcanzan temperaturas entre 40° y 68°C, con diversas composiciones minerales. Además, ofrece una amplia gama de más de 150 actividades de aventura, ocho ríos con tours activos, el Lago Arenal y 30 parques y reservas naturales, dentro de una infraestructura accesible bajo la Ley 7600.

Durante su intervención, Morales anunció también que Costa Rica, con La Fortuna como sede, se está postulando para albergar la edición 2027 de Termatalia, la feria internacional del turismo termal, de salud y bienestar, lo que representaría un reconocimiento al liderazgo del país en este segmento.

Entre los datos destacados, señaló que La Fortuna recibe más de un millón de visitantes al año y que el 95% de las agencias de viajes incluyen el destino en sus catálogos.

“La Fortuna es más que un destino; es una comunidad que ha sabido transformar el agua y la unión de su gente en un modelo de sostenibilidad”, concluyó Morales.

La noche cayó sobre La Fortuna, y el gerente de Ecotermales. nos animó a vivir la experiencia de sus aguas termominerales únicas, un regalo natural que brota de las entrañas del volcán. Las tibias pozas nos envolvieron en una sensación de calma y renovación.

Y así, con el cuerpo relajado y el espíritu renovado, nos dirigimos a descansar al Hotel Magic Mountain, un refugio de confort donde cerramos la primera jornada de una experiencia que, más que una visita, fue una inmersión en el alma termal de La Fortuna.

Segundo día: Hot Springs Pura Vida

La jornada comenzó en Hot Springs Pura Vida, antes conocido como Río Choyín, un centro termal que combina recreación y bienestar.

Shirley Mora, directora de Comunicación Corporativa y Relaciones Públicas, explicó el cambio de nombre:“Queríamos un nombre que conectara más con el corazón costarricense. La esencia sigue siendo la misma: bienestar, naturaleza y hospitalidad.”

En entrevista con Revista Viajes Digital, Raquel Fernández, gerente de Mercadeo y Ventas, detalló: “Somos un centro de día donde los visitantes pueden disfrutar de nuestras aguas termales, gastronomía autóctona y un ambiente relajado. Contamos con parqueo, lockers, duchas, acceso al río Tabacón y piscina termal. Este mes tenemos promoción 2x1 y los niños menores de 11 años entran gratis.”

Luego, el grupo participó en una experiencia única: el ritual de Woga, una fusión de agua termal y yoga. En el agua tibia termal, los participantes flotaron suavemente, respirando al ritmo del agua y de los sonidos

“El agua enseña a soltar, a fluir, a escuchar el cuerpo”, explicó Karina Rodríguez, de Bienestar Esencial Costa Rica. La sesión culminó con un ritual de sonido y aromaterapia, guiado por Jessica, terapeuta vibracional, quien utilizó cuencos tibetanos e instrumentos precolombinos. “La vibración viaja a través del agua y libera tensiones, calma la mente y armoniza el cuerpo”, comentó.

Bogarin Trail: senderos que abrazan la vida

La última parada del viaje fue en Bogarín Trail, a pocos metros del centro de La Fortuna. Un pulmón verde donde los perezosos, tucanes y ranas conviven con los visitantes en un entorno regenerado por la comunidad local.

La guía Mar explicó: “Tenemos dos especies de perezosos, de dos y tres dedos. Son un símbolo nacional y un emblema de conservación.”

En entrevista con Revista Viajes Digital, María Molina, gerente del proyecto, comentó: “Somos una empresa familiar 100% costarricense. Nuestro sendero es plano y accesible incluso para adultos mayores o personas en silla de ruedas. Queremos que todos puedan disfrutar del bosque y aprender del ecosistema.”

El recorrido, de unas dos horas, permite observar aves, perezosos, ranas y flores tropicales. Es un sendero inclusivo, pensado para que nadie quede fuera del abrazo del bosque.

La jornada concluyó con un almuerzo típico en el restaurante Kenko, en el corazón de La Fortuna. Su nombre, que en japonés significa “salud”, simbolizó perfectamente el cierre del viaje: bienestar, armonía y gratitud.

Esta gira de prensa no fue solo un recorrido turístico, sino una experiencia de vida.  Entre el rugido de la catarata, el susurro del bosque y la mineralización de sus termas, el visitante comprende que La Fortuna de San Carlos es un destino donde el volcán inspira, el agua renueva, el bosque susurra, las termas sanan, y la comunicad florece.


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